Historia

1770
Molino aceitero
Aunque el edificio dedicado a molino aceitero es muy antiguo, la primera inscripción registral de la que se tiene constancia, data de año 1777 siendo propietario D. Gregorio García Jiménez, presbítero, con una hipoteca de 577 reales de vellón, a favor de un tal Juan Gaspar de Budia. La casa tenía 998 varas, en las medidas actuales serían 797 metros cuadrados, con fábrica de aceite, con cuatro prensas; con una distribución singular, en su planta baja habría un portal, sala, cocina, tras cocina, despensa, patio primero, bodega, otra cocina, cuadra de bestias, cuerpo de prensa y alfarje y dentro de este, una bodega, pozo entero, lagareta y colgadizo para la pila, próximo a esta, otra cuadra de bestias, patio segundo con varios trojes para aceitunas y la alta de escaleras, ante sala, ropero, a la izquierda otra antesala y dos cuartos dormitorios, escalera de la torre o desván y pajar.


Detalle de una prensa de viga husillo y quintal que pudo albergar el molino
1940
Fábrica de jabón
Este edificio albergó, allá por el primer tercio del siglo XX, una fábrica de jabón, la nave industrial que aún se conserva, fue remodelada a partir del Molino Aceitero.
La fábrica fue conocida en Lucena, como la «Jabonería de la calle Molino». Tenía una caldera elevada, para que el jabón hirviendo, cayera por su peso en los moldes de madera, donde se se dejaba secar durante un tiempo, para luego cortar con guillotina de alambre fino en tacos de 200 gramos troquelados. Se fabricaban dos calidades, verde para lavar y blanco para higiene corporal. Ostentaba con dos marcas comerciales «Jabón La Cruz Roja» y «Jabón La Negrita».



En la hemeroteca encontramos un anuncio publicitario con motivo de las fiestas aracelitanas, fechado el tres de mayo de 1935, de la Fábrica de Jabones «La Cruz Roja».
1950
Almacén granero «El Ajolín»
Hasta 1982 existió en este edificio un almacén granero donde se compraban y vendían cereales producidos en la comarca. Lucena por entonces era eminentemente agrícola producía cereales, vinos y aceites.
Contaba este almacén con cuatro atrojes de mampostería enormes, para separar las distintas variedades, cebada, maíz, habas, avena, yeros, veza y trigo.
En un principio el útil de peso fue una romana (la barra por un lado daba el peso en arrobas y por el otro en kilos), que se expone en el museo de la Bodega El Alfolí. Mas tarde se modernizó con distintas balanzas y básculas de la época.

Atrojes de cereal

1982
Bodega de crianza privada
La bodega se crea en 1982, para uso particular, por nostalgia y afición.
Conserva con esmero un cachón de botas de la antigua Taberna La Lata, única en el mundo donde se servía el vino en vasos de lata, los famosos seises, seis vasos de vino hacían un litro.
En este periodo, la bodega ha pasado desapercibida, su uso y disfrute ha sido familiar, con escasas actividades lúdicas, dejando sus vino reposar en el silencio de sus muros. El cuidado con esmero de sus caldos llega hasta nuestros días con el tradicional sistema de criaderas y soleras para la crianza y envejecimiento de nuestros vinos Fino Granero, Amontillado Teja y Dulce Carmen.

2015
Restauración
La idea de poner la bodega en valor surgió de una generación de la familia. Con mucha ilusión se inició la restauración, respetando lo que existía, pero intentando a la vez renovar y dotar de los servicios necesarios para la explotación como espacio de eventos.
La reparación de la cubierta y saneamientos fue la primera tarea en ejecutar. La rehabilitación de los suelos de la Sacristía, de piedras de molinos, fue un trabajo agotador.
En la nave central de la bodega se rescató el empedrado antiguo de guijarros, en dichos trabajos se descubrió un antiguo Aljibe, fue casual, la localización de una pequeña bóveda de ladrillo de medio cañón, ligeramente apuntalada. Los expertos datan el hallazgo en el siglo XVI.
Se completó la rehabilitación con pintura e iluminación con unas sencillas lámparas, que tiempos atrás iluminaron las calles de Lucena.
La última fase, decorar con útiles antiguos, aperos y otros mobiliarios las estancias superiores destinadas a museo, recuperando enseres olvidados de otros tiempos.

2016
Espacio de eventos
Celebraciones de todo tipo, bodas, bautizos, comuniones, comidas de empresas, o de tipo cultural y tradicional como juntas de santeros, conferencias, presentaciones de libros y un largo ecétera.

¿QUIÉNES SOMOS?
Somos una pequeña empresa familiar, enamorada de este lugar, del apasionante misterio del vino. Ilusionados por conservar cada rincón, porque en él está un trocito de nuestra historia y de nuestro corazón. En estos años la bodega ha pasado desapercibida en la Ciudad, ya que su uso ha sido familiar y con escasas actividades lúdicas, dejando sus caldos reposar en silencio. Queremos compartir con el viajero que llega la magia de nuestro Alfolí, su suelo, su Aljibe, su granero, techos, luces, sabor, olor.